Una semana después

Después de una semana sin escribir ninguna tontería, me siento con la imperiosa necesidad de hacerlo. Parece que estoy enganchado a decir pamplinas y necesito, además, que lleguen al mayor número de personas posible. Me estoy planteando publicarlas en un anuncio del periódico ahora que en verano sale más barato.

El instituto y todos los trabajos burocráticos (papeleo y más papeleo absurdo) que ha de hacer un tutor para que la consejería de educación tenga más papeles almacenados en cajas y la cantidad de árboles se resienta, me están consumiendo. Pero solo a nivel mental, porque he descubierto que a nivel físico me estoy expandiendo más de lo que esperaba y era consciente. Rezo por un efecto rebote que me dejé hecho una sílfide con churrita.

Este fin de semana estoy intentando descansar mientras planeo mis próximos movimientos en este gran tablero de ajedrez en el que se convierte la vida de un adulto. Hoy he dormido 10 horas, y creo que eso no lo hacía desde que comía potitos con asiduidad (eso lo hacía hace un par de años) ...desde que tenía meses de edad.

La sensación es extraña. Veré si lo puedo repetir para investigarla mejor. Pero solo por el estudio científico.